¿Cuál es la importancia y trascendencia de un desfibrilador ante una parada cardíaca?

En España se registran más de 30 mil personas fallecidas a causa de un paro cardíaco, lo que supone más de 80 muertes diarias. Y es que, una parada cardíaca es una situación que la mayoría de la población debería saber afrontar, ya que cualquier persona puede encontrarse con un escenario de este tipo. Los profesionales sanitarios y de emergencias hacen especial hincapié en la rápida intervención ante una parada cardíaca, porque cada segundo es vital, puesto que puede reducir el riesgo de muerte de la víctima. La mayoría de paros cardíacos se producen en un entorno con personas, las cuales no saben cómo actuar normalmente. Por ello, saber cómo realizar la maniobra de RCP debería de ser conocido por todo el mundo, para tener nociones básicas de primeros auxilios y afrontar una situación de emergencia de forma eficaz.

La maniobra de RCP tiene un desarrollo relativamente sencillo, pero lo más recomendable es que se realizasen cursos formativos obligatorios en escuelas e institutos, así como en entornos laborales, donde se explicase detenidamente cómo llevar a cabo esta actuación.

Otro aspecto a atajar de inmediato es el número de desfibriladores en espacio públicos y privados. Es cierto que, en los últimos años ha aumentado la cantidad de estos dispositivos, especialmente en instalaciones públicas. Pero, aún queda mucho camino por recorrer en relación a este problema que nos puede afectar a cualquiera. Del mismo modo que se debe aumentar la presencia de estos dispositivos en diferentes lugares, es necesario explicar cómo utilizarlos. La gran mayoría o todos incluyen instrucciones, pero ante una situación tan delicada, la seguridad juega un papel fundamental. Por lo que, una formación previa para saber cómo utilizar los desfibriladores es más que recomendable para reducir el número de muertes por esta causa. Tienen un funcionamiento sencillo, reactivando el ritmo cardíaco de la víctima suministrándole una descarga eléctrica a través del tórax. En resumen, las pautas para su uso son las siguientes:

  • Asegurar que la víctima sufre un paro cardíaco.
  • Ponerse en contacto con emergencias, llamar al 112, para notificar la situación.
  • Realizar la maniobra de RCP.
  • Localizar el desfibrilador y leer sus instrucciones de uso antes de emplearlo.
  • Encender el desfibrilador y colocar los parches/electrodos en el pecho, tal y como se explica en el dibujo.
  • En caso de no saber cómo utilizarlo y no tener nociones de Soporte Vital Básico y/o reanimación cardiopulmonar, lo más recomendable es realizar la maniobra de RCP y esperar a que lleguen los servicios de emergencias.

¿Cuál es el objetivo de utilizar un desfibrilador?

El único y gran objetivo de usar un desfibrilador es afrontar la parada cardíaca de la víctima, mediante un tratamiento eléctrico, ya que cuando el paciente presenta un ritmo eléctrico caótico es la única manera de respetar esa frecuencia, a través de una descarga eléctrica producida por un desfibrilador.

¿Qué elementos componen un desfibrilador?

Estos dispositivos están formados por un condensador de energía, un medidor del ritmo cardíaco, parches/electrodos, que se colocan en el pecho de la víctima, a través de los cuales se aplica la descarga eléctrica.

¿Cuántos y qué tipos de desfibriladores existen?

Como en cualquier sector y  ámbito de emergencias, la variedad de soluciones es muy amplia, ajustándose cada una a un tipo de paciente y espacio, ya sea público o privado. De este modo, podemos encontrar:

  • Desfibrilador externo manual: se necesita más experiencia y formación para poder utilizarlos. Y es que, solo son comunes en hospitales, ambulancias o centros sanitarios, donde hay profesionales formados para su manejo. Se conocen por las series o películas en las que se han empleado y los actores dicen: “todo el mundo fuera”. En estos escenarios siempre es un profesional de la salud el responsable de su uso.
  • Desfibrilador externo automatizado (DEA): cuentan con un sistema informático que permite identificar el ritmo cardíaco más fácilmente, ofreciendo la posibilidad de analizar si el ritmo es defibrilable. Los desfibriladores DEA o DESA son frecuentes en instalaciones médicas y espacios públicos, como aeropuertos, hoteles, estadios deportivos, centros formativos, etc. En este tipo de desfibriladores se conocen el DEA (Desfibrilador Externo Automatizado) y el DESA (semiautomático).
    • DEA: En los automáticos el usuario que lo utilice no tiene que apretar ningún botón para aplicar la descarga. El dispositivo es el encargado de analizarlo todo, así como dar la descarga en caso de que sea necesario, de forma automática, sin que nadie apriete el botón.
    • DESA: Los desfibriladores semiautomáticos realizan el análisis automáticamente, pero es el usuario el encargado de administrar la descarga cuando pulsa el botón. Es el más común en los espacios públicos y privados en España.
  • Desfibrilador interno manual: emplean palas internas para enviar la descarga eléctrica directamente al corazón. Se usan con la caja torácica abierta, siendo únicamente utilizados en quirófanos o en la UCI. Por lo tanto, solo lo pueden utilizar profesionales sanitarios.
  • Desfibrilador automático implantable (DAI): monitoriza constantemente el corazón del paciente. Cuando detecta un ritmo anormal, el desfibrilador calcula automáticamente el voltaje que se debe aplicar en la descarga para restaurar la función cardíaca. También se les conoce como desfibrilador automático implantable (DAI).
  • Chaleco desfibrilador externo: tiene la capacidad de monitorear al paciente las 24h y solo envía una descarga al corazón cuando es necesario. Se utiliza bajo prescripción médica.